¿Hacían falta tres partidos políticos más?[i]

 

 

Fue el pasado miércoles nueve de julio cuando el pleno del Consejo General del recién creado Instituto Nacional Electoral (INE) decidió, de manera unánime, aprobar el registro de tres nuevas fuerzas políticas nacionales: Movimiento Regeneración Nacional, Frente Humanista y Encuentro Social. Es decir, de once votos posibles, dicha propuesta obtuvo los once votos para ser validada, aprobada y publicada en el Diario Oficial de la Federación.

 

¿Qué significa esto para todos nosotros? Partamos de lo básico a lo complejo para no perdernos. México es un país que ostenta un sistema democrático de República Federal con tres Poderes que la rigen: el Ejecutivo (Presidente), el Legislativo (Congreso de la Unión) y el Judicial (Suprema Corte). Hasta ahí bien.  A los dos primeros poderes los escogemos los ciudadanos con nuestros votos directos cada determinado tiempo y esos ejercicios electorales son organizados por el INE. Seguimos bien. Para poder participar con verdaderas posibilidades de triunfo en el proceso de elección, es necesario pertenecer a un partido político o mínimo que un partido político te abandere (en caso de no ser militante). Ahí se empieza a complicar la situación.

 

Hasta inicios de la semana pasada existían siete fuerzas políticas con “representación nacional” y registro ante el INE: PRI, PAN, PRD, Verde, Nueva Alianza, Movimiento Ciudadano y del Trabajo. A mi juicio demasiadas opciones. Pero por si esto no fuera suficiente, le reitero que hay que sumar otras tres. Es decir, los ciudadanos tendremos ahora diez alternativas al menos (pues la nueva legislación ya avala las candidaturas ciudadanas) para poder definir el rumbo que le queremos dar a nuestro municipio, Estado o país. Destaco desde éste momento que la nueva legislación electoral y política indica que, para que una fuerza política conserve su registro y con ellos sus prebendas económicas debe alcanzar, por lo menos, el 3 % de la votación total.

 

Intencionalmente puse el entrecomillado a la representación pues todos los partidos -excepto el PRI, PAN y PRD- estrictamente no la tienen. Le comparto unos datos. En cálculos de Roy Campos, director de Consulta Mitofsky, en las elecciones federales para diputados de 2012, en voto directo, no aliado con los grandes, el Verde tuvo 2 % de la votación total; el PT, 2.5; Movimiento Ciudadano 2.1 y el Panal, 2.3 por ciento. Con esos porcentajes, los cuatro perderían el registro en 2015. En la elección presidencial del mismo 2012, por separado, el Verde tuvo 4.3 %; el Panal otro 4.3; el PT 2.9 por ciento y Movimiento Ciudadano 2.7. Es decir, desparecerían los dos últimos.

 

Vuelvo al inicio y rescato la unanimidad con la que fue aprobada la creación de estos nuevos partidos políticos. Si bien la democracia implica darle poder al ciudadano para decidir el futuro de corto y largo plazo de lo relativo a su entorno político, social y económico, también es cierto que debe haber un límite en las probables representaciones. De ninguna manera estoy hablando de truncar el derecho de asociación y organización que nos corresponde a todos los mexicanos, sino a la posibilidad seria de entender que en países más avanzados como Estados Unidos, Inglaterra, España y otros, sólo hay dos o tres fuerzas políticas. ¿En verdad necesitamos diez aquí?

 

El Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello, dio la bienvenida a los nuevos partidos políticos, insistió en que “son necesarios para la vida pública del país” y dijo que “cerrando las puertas a la creación de estos no se abona a la democracia, al contrario”. Al mismo tiempo, aprovechó para dejar en claro que de ninguna manera estos nuevos partidos políticos nos van a costar más dinero a los mexicanos, pues la bolsa de 4 mil millones de pesos ahora se repartirá entre diez y no entre siete. Aseguró que “no es al INE a quien le corresponde juzgar si se necesitaban más partidos políticos o no en nuestro país, sino a los ciudadanos que se organizaron para cumplir con los requisitos de ley y más aún, a los que van a votar por ellos en los próximos comicios”. Comparto con él sobretodo esto último pero, le hago una pregunta ¿no era mejor potenciar, supervisar o promover aún más las actividades dirigidas a los ciudadanos de los siete partidos ya existentes? ¿Qué cosa distinta van a proponernos estos nuevos tres partidos?

 

Por último, estoy seguro que el ánimo general (se confirmará con encuestas directas a los ciudadanos que se ejecuten en los siguientes días) es de desaprobación a la creación de más fuerzas políticas. Seguramente serán tachados, lo menos, de vividores del sistema, rémoras del presupuesto, partidos que sirven sólo a intereses personales y que no van a sobrevivir al primer round en 2015. Abundo. Si la misma bolsa de dinero que se repartía entre siete y ahora se repartirá entre diez, significa forzosamente que ahora le tocará menos dinero a cada partido pues es un juego de suma cero. ¿Lo partidos políticos, todos, están contentos?

 

Asumiendo que no pasarán la prueba de fuego del 3 % de la votación general -ya que por ser de nueva creación deben ir solos y no coaligados- varios partidos desaparecerán. Sin embargo, para ése entonces se habrán gastado ya las jugosas prerrogativas que amablemente les pagamos los ciudadanos y, ello no es factor determinante para impedir que se vuelvan a organizar y construyan una fuerza política distinta más adelante. Increíble.

 

Sugerencias y comentarios

robsaca@hotmail.com

@_carlosrobles

 

[i] Autor Carlos Robles Saldaña. El autor cuenta con estudios de Licenciatura en Economía por la Universidad de las Américas en Puebla así como de Maestría en Administración por el ITESM. Se ha desempeñado en el sector internacional, privado y público.

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