El reacomodo de las fuerzas políticas (parte II)

 

 

La discusión inició la semana pasada abordando de lleno las posturas, las fuerzas y a los actores de dos de los partidos políticos más importantes del país, el PAN y el PRD. Se abundó en los posibles escenarios que enfrentaría Acción Nacional, jugamos un poco con la especulación y se lanzaron algunas ideas al respecto. Es turno ahora de analizar lo que sucede (ría) con el PRD.

 

El de la Revolución Democrática es un partido plagado de tribus y divisiones. ¿Usted ha escuchado por ahí la frase “divide y vencerás”? Bueno pues le adelanto que no hace ni falta que intervenga alguna fuerza gubernamental o política ajena al perredismo con objeto de dividirlos, entre ellos hay suficiente capacidad para cumplir la premisa anterior. Partamos de la pregunta básica, ¿qué le conviene a los perredistas? Y posteriormente, ¿quién tiene capacidad de asumir la responsabilidad de una campaña tan inmediata y poco atractiva como la que se sostendrá en 2015? Aquí los argumentos.

 

Desde hace varios periodos, la presidencia del comité ejecutivo nacional del PRD ha estado en manos de una de las tribus llamada Nueva Izquierda, mejor conocida como Los Chuchos (Guadalupe Acosta Naranjo, Jesús Ortega y el actual Jesús Zambrano). Entre los tres habían tejido con hilos un acuerdo con la fuerza que representaba Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y el resto de las corrientes rumbo a las elecciones presidenciales de 2006 y 2012. ¿Qué negociaron?, nada más y nada menos que diferentes espacios en el Senado, en la Cámara de Diputados, Gubernaturas y otras prebendas políticas y económicas a cambio de que AMLO fuera candidato presidencial en dos ocasiones consecutivas.

 

Sin embargo, no todas las tribus quedaron satisfechas con la repartición del pastel y se comenzó a generar el divisionismo, otra vez. Para 2012, una vez anunciada la ratificación por parte de las instancias judiciales del triunfo del priista Enrique Peña Nieto, AMLO sabía que sus días como perredista estaban contados, por ello, de manera audaz y visionaria comenzó a moverse a lo largo y ancho del país convocando a diferentes Asambleas Ciudadanas para la constitución de su propio partido político, el llamado Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA). Por cierto, estamos a unos cuántos días de que el IFE le otorgue el registro como tal y logre conseguir las tan ansiadas y codiciadas prerrogativas que le corre$ponderían como fuerza política nacional. AMLO pues está fuera del PRD y con él se irán muchos de los más representativos líderes de izquierda de las diferentes entidades federativas del país, patrocinadores, empresarios y ciudadanos reconocidos que se han manifestado abiertamente como amloístas. Conclusión, el PRD pierde a uno de sus tutores y líder más emblemático y votado en su joven historia como fuerza política nacional y con ello viene un debilitamiento vertebral.

 

De manera paralela, el Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas ha sido uno de los actores más destacados y respetados en la historia reciente de la conformación de las izquierdas en nuestro país. Se le reconoce como el líder moral (padre de nacimiento) del PRD y recientemente ha manifestado su preocupación por que el país pierda autonomía en la exploración, producción, explotación y comercialización del petróleo tras la recién aprobada reforma energética. Este hecho le sirvió para que varios militantes mencionaran su posible participación en el proceso de renovación de la dirigencia nacional del PRD. Sin embargo, y a su singular estilo, no ha dicho ni que sí ni que no va por el puesto de Jesús Zambrano. De competir abiertamente, sin duda las tribus perredistas se alinearían (más por respeto que por convicción propia) para respaldarlo y ello daría como resultado un gesto de aprobación por parte de una buena parte de los ciudadanos mexicanos así como del Gobierno Federal. Sin embargo, su estado de salud y el interés que él mismo tenga en participar, son los dos factores que más influyen para poder cumplir este escenario. Conclusión, altamente probable que no participe y con ello el PRD pierde.

 

Marcelo Ebrard. Ha sido uno de los gobernantes con mayores índices de aprobación que ha tenido la izquierda mexicana en la última década. Su peculiar estilo para hacer declaraciones en medios, inauguraciones de obras, responder ante cuestionamientos y la habilidad para cabildear (pero no con los miembros del PRD), son varias de las muchas cualidades que presenta éste personaje de la política nacional. Su principal debilidad, no cuenta con el respaldo de su predecesor Miguel Ángel Mancera, jefe del Gobierno del Distrito Federal, y ello implica que no se le da la coyuntura política, social ni económica para poder aspirar con seriedad a la dirigencia nacional del PRD. Aunado a lo anterior, Ebrard fue crítico con casi todas las tribus, especialmente con las que dominan la política social en el DF y ello le ha valido una vapuleada en eventos públicos pues ya no cuenta con el reflector de ser el que manda en la ciudad más grande del mundo. Inclusive, se vislumbra ya la posibilidad de que Marcelo vaya a la Cámara de Diputados en 2015 pero como miembro de otra bancada partidista como el Movimiento Ciudadano. Conclusión, el PRD perdería un elemento valioso y respetado a nivel nacional e internacional que, aunque probablemente esté en un partido “aliado”, se habrá sentido como el patito feo y por ello no abandere con personalidad las propuestas de la agenda legislativa del perredismo.

 

Lo comento solamente de soslayo, en la corriente Izquierda Democrática Nacional -comandada por René Bejarano y su esposa Dolores Padierna- mejor conocida como Los Bejaranos, están más preocupados por saber con quién negociar posiciones dentro del comité ejecutivo nacional a cambio de que les dejen el control de la política local en el DF, que por hacer crecer a alguno de sus miembros y alzar la mano para ir a las ligas mayores. Conclusión, no tienen interés en participar, solo ven su propio beneficio.

 

Así pues regresamos al punto de inicio. El grupo de Los Chuchos ha decidido lanzar al ex Senador Carlos Navarrete como suspirante a la presidencia del comité nacional. Tiene un nombre menos conocido que el del Ingeniero Cárdenas o del propio Ebrard, pero más conocido que cualquiera de los bejaranos u otra hueste de izquierda. Representa la misma fórmula que ya ha venido dominando el perredismo desde hace varios periodos y en lo personal no creo que traiga ése extra que se necesita para encender la llama pasional que enganche al electorado que tradicionalmente vota en contra del Gobierno (ojo, no dije que votan convencidos por el PRD). Conclusión, más de lo mismo pero parece ser la opción menos mala de entre las posibles reales.

 

De esta manera todo parece indicar que el panorama para el PRD se vislumbra color gris Oxford. El electorado denominado amloísta seguramente pasará al MORENA y los pocos que queden seguirán dividiéndose hasta su posible extinción natural. Urge tomar en serio medidas de replanteamiento social, de identidad partidista y sobre todo de oposición para un PRD que se ha quedado huérfano, sin padre (dos veces) y, probablemente, sin madre.

 

 



[i] Autor Carlos Robles Saldaña. El autor cuenta con estudios de Licenciatura en Economía por la Universidad de las Américas en Puebla así como con estudios de Maestría en Administración por el ITESM. Se ha desempeñado en el sector internacional, privado y público.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *