Cuando llegó a mí la propuesta de participar en esta sección, dos preguntas vinieron a mi mente, la primera fue ¿Sera buena idea platicar acerca de mis sentimientos y temores más íntimos al público? y ¿Acaso estaré listo para explorar en mi interior y descubrir la verdadera forma en que percibo las cosas?; y la respuesta para ambas preguntas fue: posiblemente me equivoque, quizá me asuste el descubrir como soy realmente, pero siempre hay que arriesgarse y experimentar actividades nuevas que nos puedan ayudar a crecer.

 

 

En esta ocasión decidí hablar acerca de los amores por internet vistos desde una perspectiva completamente gay, esos amores que durante la adolescencia nos deslumbran, imaginando que del otro lado de la pantalla se puede encontrar nuestra media naranja; todo esto es muy bonito, no les diré que no, pero a través del tiempo terminas dándote cuenta que en la mayoría de los casos quien está al final de la red no es siempre quien dice ser.

 

 

Entre las anécdotas que puedo recordar esta un viejo amor que me rompió el corazón hace algunos años, él me hacía creer que era una persona confiable, tierna y que siempre iba a cuidar de mi bienestar emocional, lo cual fue completamente cierto los primeros meses, tiempo durante el cual me emocione y creí a mis veintitantos que era el amor de mi vida (debo aclarar que no fue hace mucho jejeje, pero con los años, aunque sean pocos, uno va siendo más cauteloso en cuanto a lo que se cree), regresando a la historia, les diré que mi príncipe azul se acostó con quien pudo en su ciudad mientras decía amarme y me pedía fidelidad, lo cual rompió mi corazón al enterarme que viví en una hermosa fantasía (muy hermosa, pero al final de cuentas no fue real).

 

 

Me imagino que los heterosexuales también se enamoran con rapidez de las personas que no conocen bien, pero lo que me queda claro, porque lo he vivido a través de mis amigos y de mí, es que los homosexuales siempre caemos en una etapa de enamoramiento inmediato.

 

 

Aclaro que no creo que el amor sea malo, simple y sencillamente que quienes están muy jóvenes deben de tomarse el tiempo necesario para conocer más a los demás. Sin duda alguna todos merecemos una oportunidad, pero por desgracia durante nuestra adolescencia siempre damos oportunidades de manera inmediata, como si estuviéramos necesitados de afecto.

 

 

Con esto queda claro que los homosexuales no somos más promiscuos que los heterosexuales, simple y sencillamente anhelamos que nos quieran, detalle que nubla nuestra mente y nos hace correr por un camino de malas experiencias al tratar de conseguir el verdadero amor.

 

 

Es por eso que no debemos desesperarnos, si la persona adecuada tiene que llegar, llegara, simplemente estén atentos y no cometan el error de entregar su corazón a la primera imagen agradable que vean por internet, quizá debemos empezar por valorarnos, evitando así esas citas desastrosas con sujetos feos o mal intencionados que nos pueden hacer daño. Quizá en el ambiente gay lo que más preocupa es como conocer a buenos partidos fuera del chat o los antros, pero por experiencia propia les puedo decir que todavía existen personas valiosas en los lugares menos pensados.

 

 

Nuestra recomendación es no desesperarse, que como dice el dicho “Lo que es para ti aunque te quites, y lo que no es para ti aunque te pongas”, así que animo y vamos a demostrar que los homosexuales no somos un estereotipo, somos seres humanos que al igual que todos aportamos, nos equivocamos y también acertamos, solo debemos de querernos un poco más.

Cualquier tema que quieran leer o comentario que quieran aportar para el crecimiento de nuestras notas, mi twitter es @mr_io1

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