La finalidad de establecer un sistema de gobierno es implantar la justicia, la cual se debe traducir en un orden social justo que genere felicidad en sus habitantes.

El gobierno tiene el deber de hacer cumplir las normas jurídicas para dar certeza a los ciudadanos y así, generar condiciones de justicia que se traduzcan en felicidad social, la cual se entiende como un estado de ánimo positivo de las mayorías. Una sociedad es feliz cuando su gobierno satisface las necesidades básicas de los individuos: alimento, vestido, habitación, salud, seguridad, libertad.

La evolución y el crecimiento de la sociedad, ha evidenciado la inmutabilidad de quienes gobiernan. Las prácticas obsoletas se reflejan en el empobrecimiento, marginación, inestabilidad e inseguridad social. La incapacidad del gobierno para satisfacer las exigencias elementales de sus gobernados -al menos en México-  ha llevado a la autoridad ha recurrir a la estrategia del adoctrinamiento, por medio de la mentira, como mecanismo para tratar de establecer el orden y crear un estado ideal.

¿Cuál es la estrategia? buscar culpables a los problemas que vive la sociedad o acaso ha escuchado que algún alcalde, gobernador o presidente reconozca públicamente que ha sido incapaz de resolver las demandas de sus gobernados; implementar campañas publicitarias que señalen que todo esta mejorando, aunque la realidad que vive el ciudadano es distante a la que señala la autoridad, por ejemplo: cada año el gobierno anuncia la disminución de la pobreza y todos los indicadores demuestran el aumento anual de la misma.

El gobierno abuza de un principio de Platón  “el gobierno tiene el derecho de difundir entre los ciudadanos la doctrina que el hombre justo es feliz y el injusto desgraciado aunque esto sea falso”  porque según Platón “el gobierno esta autorizado para utilizar aquellas mentiras que considere convenientes para que prevalezca la legalidad aun por encima de la verdad” esto obliga a los ciudadanos a razonar si es valido, con las tecnologías de la información y la comunicación actuales, aceptar las mentiras del gobierno, aun cuando estas pudieran tener una buena intención. Ejemplo: el discursó público del gobierno “está mejorando la seguridad”, realidad todos los indicadores señalan que han aumentado los secuestros, los homicidios dolosos y los grupos de autodefensa. Aunque  la eficiencia y eficacia del gobierno no radica sólo en cifras y hechos, de nada  sirven los discursos y las estadísticas, si la gente se siente infeliz.

Cuando la conciencia pide una justificación de la conducta es porque se ha sido incapaz de cumplir con un deber, recurriendo a mecanismos viles para justificar el actuar del individuó. Se debe rechazar la mentira y aceptar la realidad, sí se pretende evolucionar como sociedad. Un enfermo para recuperar prontamente la salud debe reconocer su enfermedad y aceptar el tratamiento más adecuado, aun cuando este sea doloroso.

La sociedad puede seguir aceptando los discursos del gobierno como placebo para crear una realidad menos angustiante o puede reconocer los hechos y crear una nueva realidad que se traduzca en un orden social justo, que genere felicidad en la mayoría de los individuos.

Dr. Jeremías Zúñiga Mezano

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