“Es inhumano bendecir cuando nos maldicen”. Friedrich Nietzche.

La homosexualidad no se pega. Es una preferencia sexual. Tan natural como la heterosexualidad, la bisexualidad y las demás. No. Usted no se convertirá en homosexual por convivir con homosexuales. Sus hijos no se convertirán en homosexuales por convivir con homosexuales. Su familia no se convertirá en homosexual por ver homosexuales en los medios de comunicación.

Ésta es mi pequeña batalla. Convencer a quienes conozco que la homosexualidad no se pega. Lo gay sí. Entendiendo, como lo hago, que lo gay es una construcción cultural. Las expresiones usadas por homosexuales se pueden aprender. Pero hasta donde tengo entendido, nadie se ha vuelto homosexual por decir “mana”.

En mi experiencia, no he sido discriminado por ser homosexual salvo por homosexuales que no se aceptan. Aunque también he tenido problemas con los heterosexuales. Creerse moralmente superior por el simple hecho de ser heterosexual me parece reprobable. Como si una preferencia sexual fuera un salvoconducto para cometer una variedad de tropelías.

La diversidad sexual es una realidad. Y algunos se preguntan “¿está de moda ser gay?”. Entiendo que preguntan desde la absoluta ingenuidad. Y les respondo: No. No está de moda ser homosexual. Es una preferencia sexual que ha existido a través de la historia en todos los grupos humanos. Y se preguntarán inmediatamente, “¿entonces, cómo no había tantos antes?”. Fácil, la población ha aumentado, y por supuesto la población LGBTIQ ha crecido en proporción. Y hoy los mandatos sociales que existían para llevar una vida heteronormativa se han resquebrajado. Cada individuo es libre de experimentar con su sexualidad… en teoría.

Hay que decirlo con todas sus letras: en el pasado, un sinnúmero de homosexuales, hombres y mujeres, fueron obligados a llevar una vida heterosexual, siempre bajo el riesgo de perder el trabajo, la dignidad o la vida si eran descubiertos. Tchaikovski fue un ejemplo. Luis Víctor [hermano de Maximiliano de Habsburgo] al nunca mostrar interés por las mujeres, fue encerrado en un castillo con un servicio integrado exclusivamente por mujeres.

Escribo desde el dolor. De saberme desamparado. De que nadie abogará por mí más que yo mismo. Pero estoy acostumbrado. Mis estudios existencialistas me recuerdan que cada quien es responsable de lo que hace. Que nadie vendrá a salvarnos, salvo nosotros mismos. Y aunque nadie me represente, daré la batalla como pueda. Sí. Me siento desamparado. Y aunque nunca me gustaron demasiado las marchas gay, viéndolo a la distancia, me parecen absolutamente necesarias. Visibilizar lo que ha estado oculto. Puede haber libertad debajo del arcoíris.

Dicen que los animales heridos son peligrosos, porque son más feroces. Todas mis palabras tienen filo y veneno, y no tengo miedo de utilizarlas contra quien sea para defender mis derechos… Han sido los designios de la naturaleza.

Pero la noche es larga… y el sol brillará para todos. Aún queda mucho por hacer. La moneda está en el aire. Y cada espacio es una trinchera. ¡Muchas gracias! Hasta la próxima.

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