Acuerdo para la Reconciliación Nacional de México

 

México atraviesa una grave crisis de corrupción política, gubernamental y social que ha destruido la confianza en las instituciones y entre los individuos, ya no se habla sólo de personas corruptas, sino de gobiernos, organizaciones, asociaciones, empresas y familias corruptas, esto ha llevado al país a la antesala de la anarquía: homicidios, decapitaciones, desapariciones, fraudes, extorsiones, autoridades vinculadas con criminales, delincuentes uniformados, menores de edad multi-homicidas, madres y padres de familia que aceptan que sus hijas e hijos lleven dinero a casa sin preguntar cómo lo obtuvieron.

 

La nación está en crisis y no se ha tocado fondo  

 

Las últimas dos décadas han sido como el año de “hidalgo” –denominación coloquial dicha al último año de gobierno de un presidente, gobernador o alcalde en el cual los funcionarios y servidores públicos se apoderaban de cualquier recurso a su alcance-, con la diferencia que antes sólo participaban en estas acciones de enriquecimiento exprés e ilegitimo quienes trabajaban en alguna área de gobierno; sin embargo, ahora se han sumado en este periodo de saqueo y anarquía: organismos autónomos, instituciones públicas y privadas, partidos políticos, corporaciones, empresarios, organizaciones no gubernamentales, asociaciones civiles y religiosas, organismos ciudadanos, familias, todos movidos por la ambición del poder y dinero, lo que ha generado un cuestionamiento

¿Qué más hace falta para que reaccionemos como país?

 

Si Podemos Componer México

 

A pesar de las circunstancias descritas es importante tener claro que México no está perdido, puede ser cambiado, pero su transformación requiere de acciones encaminadas a revertir la percepción general que en la república mexicana no pasa nada, que sólo van a la cárcel los pobres, que con dinero se compra a la autoridad, que sólo transando se puede progresar; para ello, es fundamental actuar para acabar con la impunidad, si un individuo viola la ley debe ser sancionado, por cada delito que se cometa debe haber un delincuente procesado y cuando el infractor de la ley sea una autoridad, funcionario o servidor público, todas las instituciones del estado deberán enfocarse a perseguir y sancionar al responsable, porque en el combate a la corrupción no puede haber excepciones, sólo así, se podrá combatir eficazmente la impunidad. Trabajando todos juntos podemos demostrar que México puede ser mejor.

 

El acuerdo de reconciliación nacional propuesto deberá generar opciones de reincorporación social a millones de mexicanos que por las circunstancias de país, han tenido que convivir  con delincuentes, volviéndose en muchos casos cómplices de la anarquía nacional; además, será un instrumento amplio e incluyente que comprometa a todos los sectores de la sociedad, al gobierno y a los partidos políticos, siendo actores principales los medios de comunicación e información, las iglesias y/o asociaciones religiosas, las instituciones educativas, así como las familias; toda vez que, su labor será fundamental para la nueva formación de ciudadanos, los cuales deberán ser: respetuosos del derecho ajeno y amantes de la paz; defensores de los valores universales; promotores de la protección del medio ambiente; con espíritu de justicia, honestidad, equidad, valor y servicio.

El acuerdo de reconciliación nacional  buscará la justicia, no la venganza, porque su nacimiento es producto de la necesidad de volver a unir a los sectores sociales, recuperar la solidaridad característica de las familias mexicanas y acordar la inclusión de los ciudadanos en las decisiones del gobierno. Otro aspecto importante que incluiría el pacto será conceder amnistía o indulto a quienes por su condición de víctimas violaron la ley y se encuentran en la cárcel o con una orden de aprensión;  de igual forma, se buscará sancionar a funcionarios y servidores públicos -directores, procuradores, secretarios, alcaldes, diputados, senadores, gobernadores- que se aprovecharon de las circunstancias de caos para enriquecerse,  propiciando las condiciones para la existencia de un estado criminal, al haber consentido la realización de actividades ilegales en  extensiones de territorio –municipios o estados- a los grupos de la delincuencia organizada, todo a cambio de poder y dinero.

 

El acuerdo de reconciliación nacional no será un olvido de los hechos que han destruido al país, sino el inicio de la reconstrucción de una nueva nación que cuente con una sociedad solidaria, con gobiernos inclusivos y partidos políticos participativos.

 

 #SiPodemosComponerMéxico

 

Dr. Jeremías Zúñiga Mezano

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Correo: jeremias.zuniga@gmail.com

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